Sirenas cantarinas habitan en el mar.
Tocan el arpa el tiburón y un calamar,
y duermen a los peces en su cuna de sal.
ZULEIMA
que no tenía amigos.
Un día, un niño gitano se acercó a él,
hablaron, se escucharon, y se miraron…
Luego llamaron a los niños del Caparasol
y juntos se divirtieron.
JONATHAN
sin cabeza ni pies,
quiéreme al derecho,
quiéreme al revés.
Si
voy a la playa
juego
con sirenas.construyo con ellas
castillos de arena.
AZAHARA
que jamás se le ocurre hablar.
Nunca dice nada,
siempre callado está.
¿Estará cansado?
¿Por qué será?
Está lloviendo
y los pájaros ya mojados
se van corriendo.
Llegan al desierto,
y allí, entre los camellos
vuelan sedientos.
BLANCA
después del llanto.
Y cuando aparece,
los ángeles pintores
dibujan el cielo de bonitos colores.
Gris para los días nublados
rojo para las amapolas
y para el grandullón del sol
amarillo anaranjado.
EL MAR
En el fondo del mar
hay un castillo
que no tiene llave
También caracolas y corales.
Y sirenas que le cantan
a los marineros
bellas canciones.
UN
PAJARILLO
El
pájaro sobre el árbolcantaba y cantaba.
y en la rama se columpiaba.
Baja a la calle, como pan y bebe agua,
y es feliz con su vida de pájaro.
MARÍA
De color azul es el mar,
lo mismo que el cielo al despertar.
El mar es una gran perla
con la que juegan los niños
que quieren ser marineros.
En el mar laten los corazones
de los peces y de los poetas.
FRANCISCO
El mar canta nanas
de olas y espuma
para que se duerman
el sol y la luna
para que sueñen
la luna y el sol
en su almohada de sal.
JAIME
Pues Señor, sucedió que en el País de las cosas imposibles se encontraron un violín y el viento. Y siempre charlaban de cosas disparatadas y se hacían preguntas tontas… como por ejemplo: ¿Por qué eres tú un violín?... ¿Y tú por qué eres el viento?... Pero nunca se respondían. Y siempre que se encontraban se hacían las mismas preguntas sin respuesta.
El tiempo pasaba… y se hicieron viejos. El viento dejó de soplar en el desierto. Y del violín apenas brotaba un sonido en do menor. Cierto día, ya viejos y achacosos, se pusieron a recordar sus años de juventud. Y como ahora de tan viejos se habían vuelto sabios, por fin respondieron a sus preguntas.
PAULA
Soy el mar y soy el cielo
y mi sonido es bello.
Si escuchas bien
mi fondo podrás ver.
Si escuchas bien,
en mis aguas,
en tus sueños yo estaré.
Vi yo en el cielo
que volaba y volaba
hasta el solecito.
De repente, me dormí
y pensé…
que bien podría ser
una codorniz.
Y al despertar
me topé con el paragüero
y me imaginé un jilguero.
Me dormí de nuevo
y me fui volando
hasta lo más alto del cielo.
NATALIA
La montaña es una reina
que vive en un palacio de oro y sol.
Nunca se enfada, siempre escucha,
Tiene amigos en el valle,
pero el eco es el mejor,
y cada invierno se pone un sombrero…
de nieve.
La montaña se parece a una abuela
con faldas largas y marrones
y toquilla bordada.
La montaña sabe cuentos de duendes
y dragones. Por dentro está vacía, pero le
late un corazón de fuego.
MARCOS
Erase una sirena
con cola de plata
y corazón de sal
que jugaba con la luna
en las noches sin olas
con su pijama de espuma.
MARTA (6 años)
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